La atrofia vaginal mejor conocida como vaginitis se caracteriza por el adelgazamiento, resequedad e inflamación de las paredes vaginales y puede ocurrir cuando los niveles de estrógeno disminuyen, esto es más frecuente en la menopausia (Etapa de la mujer que se caracteriza por la ausencia de la menstruación). Sigue leyendo.

El síndrome se caracteriza por resequedad vaginal, sensación de quemazón, ardor vaginal, secreción vaginal, picazón genital, riesgo de infecciones vaginales, sensación de ardor al orinar, urgencia de orinar, sangrado leve después de mantener relaciones sexuales y disminución de lubricación vaginal. En la menopausia el síndrome es causado por una disminución en la producción de estrógeno. Con menos estrógeno, los tejidos vaginales se tornan más delgados, más secos, menos elásticos y más frágiles.

Existen otras causas además de la menopausia que pueden provocar atrofia vaginal, entre ellas están; el periodo; la menopausia quirúrgica (Cirugía en la que se extirpan ambos ovarios); se puede dar durante la lactancia materna; ingerir medicamentos que afecten los niveles de estrógeno, como algunas píldoras anticonceptivas; radioterapia y quimioterapia pélvica por cáncer y puede ser un efecto secundario al tratamiento hormonal del cáncer de mama.

Aunque este síndrome es común en las mujeres que se encuentran en la etapa de la menopausia, no todas lo padecen. También pueden influir otros factores como el tabaquismo, la ausencia de partos vaginales y de actividad sexual. La actividad sexual regular, puede ayudar a mantener los tejidos vaginales sanos.

Existen tratamientos para la atrofia vaginal y son diferentes dependiendo de las características clínicas y antecedentes médicos de cada paciente. Si presentas alguno de los síntomas comentados es importante acudir a una valoración médica oportuna.

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