¿Cómo afecta el estrés a la menstruación?

El estrés es algo que todos experimentamos de vez en cuando, y a menudo puede tener un impacto negativo en nosotros tanto física como mentalmente.

Ya sea un cambio en el estado de ánimo, un aumento de la presión arterial o un cambio en el apetito, normalmente hay algo más en nuestra vida que empeora cuando nos sentimos bajo presión o estresados.

Por lo tanto, no es sorprendente saber que el estrés también puede afectar al ciclo menstrual de diversas maneras. Dicho esto, estos problemas suelen ser menores, así que intenta relajarte y confiar en tu cuerpo para que haga lo que tiene que hacer.

¿Puede el estrés retrasar la menstruación?

Es normal que el estrés provoque un ciclo irregular, así que no saques conclusiones precipitadas si te retrasas, te adelantas o incluso te falta la regla un mes durante un periodo especialmente intenso. También se ha encontrado una relación entre las mujeres que tienen carreras estresantes y los ciclos cortos, pero ¿por qué el estrés afecta al periodo de esta manera?

El hipotálamo es una parte del cerebro que se duerme en momentos de estrés. Sin embargo, el hipotálamo también es responsable de controlar los niveles hormonales, ya que provoca que los ovarios produzcan estrógenos y progesterona. El estrógeno y la progesterona son las hormonas responsables de la menstruación, por lo que cuando el hipotálamo se duerme en momentos de estrés, puede alterar completamente el ciclo.

Aunque el retraso o la irregularidad de la menstruación pueden parecer aterradores o inusuales, no es nada de lo que debas preocuparte, ya que no significa que la menstruación haya desaparecido para siempre, sino que volverá. Lo mejor que puedes hacer es relajarte y darle a tu cuerpo el tiempo que necesita para reajustarse y adaptarse en momentos especialmente estresantes.

¿Puede el estrés provocar el manchado?

Sí, al igual que el estrés puede retrasar la menstruación, también puede causar manchado entre períodos. También relacionado con el hipotálamo, suele significar que tus hormonas se están confundiendo sobre si debe producirse la ovulación o no. Puede ser bastante alarmante cuando se nota un sangrado a mitad de ciclo, pero de nuevo, probablemente no es nada por lo que debas preocuparte a menos que ocurra con frecuencia. Además, si estás preocupada, puedes ponerte en contacto con tu médico para que te aconseje. 

¿Puede el estrés empeorar mi síndrome premenstrual?

El estrés puede intensificar los síntomas del SPM. Según un estudio, las mujeres que declararon sentirse estresadas al principio de su ciclo tenían hasta cuatro veces más probabilidades de experimentar síntomas graves de SPM que las que no se sentían estresadas. No es lo ideal, ya que sabemos lo duros que pueden ser a veces los síntomas del síndrome premenstrual, pero intenta no preocuparte demasiado y, en cambio, da prioridad a las formas de mantenerte tranquila y relajada. Para obtener algunos consejos sobre este tema, consulta nuestro artículo sobre el alivio del síndrome premenstrual.

Cómo controlar el estrés durante la menstruación

Aunque evitar el estrés por completo es casi imposible, es fundamental dedicar algo de tiempo a gestionarlo adecuadamente, sobre todo en la época de la menstruación.

Aunque sea lo último en lo que pienses, hacer ejercicio con regularidad es siempre beneficioso. Se ha demostrado que el ejercicio es un importante alivio para el estrés, al tiempo que ayuda a mejorar el estado de ánimo y a aliviar el dolor de la menstruación. Y no te preocupes, este ejercicio no tiene por qué ser demasiado extenuante: puede ser un paseo con una amiga, un ligero estiramiento al levantarse por la mañana o incluso un baño suave.

También es importante que lleves un control de tu ciclo para que, en los días previos a la menstruación, te acuerdes de dedicar un tiempo extra a relajarte y desconectar. Por ejemplo, meditando antes de acostarte, escuchando música, apagando el teléfono, dándote un baño o simplemente dedicando un tiempo extra a desconectar.

Aunque el estrés que afecta a la menstruación suele ser menor y a menudo no hay que alarmarse demasiado, no temas hablar con tu médico si hay algo que te preocupa especialmente. Al fin y al cabo, ¿quién conoce mejor tu cuerpo que tú misma?

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